Psicología
CONSULTA Y SEGUIMIENTO PSICOLÓGICO

La Fundación María Fortaleza en un ambiente de apoyo y tolerancia social, ofrece el servicio de atención en psicología, caracterizado por calidad técnica y sensibilidad humana, basado en el principio de confidencialidad, garantizando el derecho fundamental a la intimidad de cada persona y enmarcado en el reconocimiento de los y las pacientes como sujetos de derechos humanos, sexuales y reproductivos, con características diversas a nivel intelectual, cultural, socioeconómico, étnico, de identidad de género y curso de vida, entre otros; promoviendo un trato respetuoso y ofreciendo igualdad en la oportunidad de acceso al servicio, dirigido a que cada persona pueda vivir una sexualidad segura, placentera y responsable.
A través de procesos educativos sobre prácticas sexuales más seguras enfocadas a la reducción de riesgos y promoción del uso correcto del condón masculino y femenino.
De acuerdo con las necesidades de la persona, se discuten aspectos relacionados con su vida para que la persona comprenda mejor su situación y encuentre alternativas cognoscitivas, actitudinales y conductuales de cambio, en pro de su propio bienestar físico y psicológico.
Para el acceso al diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, invitando a la persona a asumir una conducta positiva frente a cualquier eventualidad del resultado y a la adopción de una sexualidad segura.
En crisis y contención emocional ante el diagnostico.
(Valoración inicial, seguimiento y acompañamiento a lo largo del desarrollo de la enfermedad o fallecimiento de la persona, si el pronóstico y evolución resultan negativos ), facilitando la resignificación de la experiencia de convertirse en una persona que vive con VIH-Sida, minimizando el impacto psicológico y social que causa la misma, brindando posibilidades de esclarecimiento y comprensión de la dimensiones psicológicas y sociales del problema, propiciando nuevas perspectivas de elaboración simbólica de los conflictos asociados que permitan retomar el control de su vida, la toma autónoma de decisiones y un manejo adecuado de estados emocionales variables acompañados de crisis de ansiedad y depresión, sentimientos de temor, angustia, ira y culpa. Al mismo tiempo que se cubren las necesidades específicas generadas por el virus del VIH-SIDA, se evalúa e interviene sobre otros trastornos o problemáticas que se puedan dar en el núcleo familiar del paciente, tales como alcoholismo, consumo de drogas, malos tratos, problemas relacionados con la inmigración, situaciones de exclusión social, entre otras.
En algunos momentos de la evolución de la infección y la implementación de estrategias rehabilitadoras frente al déficit.
Entendido como alternativa para controlar la infección y mantener una vida de calidad.